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Estas ganas de sentirme mejor me toman de la mano y me ayudan a hacer equilibrio en la cuerda floja. Empiezan a irse las nubes de a poco, la tempestad que lleve en la espalda, con la carga pesada de llanto. Ya frené, ya paré, ya entendí que no hay motivo, me los invento yo misma, o quizá si existan pero no son suficiente para justificar la pérdida que en mi hacen.
Y si todo lo que vino, se fue, mejor que se vaya antes de padecerlo. Mejor tropezar con otra historia que caer con la misma una y otra vez.  
Viniste con tu mochila de ilusiones, y resulta que quedaron iguales, nunca supiste sacarlas y hacerlas realidad. Quedaron ilusas bajo la cama, en un cajón, o repartiéndolas al mejor postor, a quien más besos desperdiciados te de.
Mejor quedarme en mi lugar para esperar realidades.
 No actúes tan extraño, duro como una roca. Si te mostré pedazos de piel que la luz del sol aun no toca.
Dale, animate a ganar sin perder. A cantar victoria antes de que eso suceda. No te aflijas, no pongas tu resentimiento a flor de piel. Escondiendo solamente logras que todo quede dentro, que se haga viejo, se queme el sentimiento. No importa si el pasado vuelve con ganas de merecer el presente, da vuelta la hoja y empeza un nuevo comienzo para creer. Deja que encuentre lunares sin descubrir, caricias casuales, palabras no planeadas. Deja fluir los hechos, que pase lo que deba ser, y lo que no, por algo será.



Sé que fui, ingenua y me sentí
colgando mariposas en el cielo,
Y hoy estoy temblando al ras del suelo.
Reconozco que suele ganarme de mano mi orgullo, mi corazón pone coraza al amor, tiene miedo al sentir, tiene miedo al decir que puede llegar a amar sin límites y luchar por lo que quiere, pero no lo quiere demostrar, porque no recibiría lo mismo. Ni quiere arriesgarse a padecer alguna historia sin final feliz, aunque haya muchos finales diferentes, que pueden resultar.
Si siempre recurro al mismo cauce, nunca saldría a un nuevo destino, a un nuevo comienzo, siempre se repetirían los capítulos.
Use la ilusión como causa de alguna felicidad, pero sin entender que ilusión no es realidad. Solo se queda allí a veces, sin tener consecuencias en un después. Es un tropezar para aprender constante, es una ida y vuelta que parece no terminar. No importa, si uno se cierra, no entrarían más ilusiones que pueden terminar en historias que merezcan ser contadas.





Veo como se ríe del tiempo, cuando recuerda que un día le dijo que lo curaba todo.
Dice que quiere abandonar esta batalla, pero que sabe que merecerá la pena luchar por ello.
Después de tanto tiempo, escribiendo sus historias, notando ese vacío en su corazón por el que tanto tiempo ella lloró. Después de todo eso, un día, se levantó de ese lugar, miró al horizonte. El sol se escondía encogido por la grandeza de su mirada. Se giró dijo:
                                                          
 Este corazón libre nunca volverá a estar roto.

Tengo mis sentidos puestos en vos y es lo que me causa 
fascinación.

Y justo cuando menos lo esperaba, recibió la visita de un viejo amigo, el miedo. Llevaba mucho tiempo corriendo para que él no la alcance, pero finalmente fue más rápido que ella. Entonces cerró los ojos y recordó aquella primera conversación....

- Lo siento, pero no puedo, esto no va a funcionar.
- Pero… ¿Por qué? ¿Por qué no te atreves a intentarlo? ¿De que tienes miedo?
- Pues le tengo miedo a todo. Miedo a los cambios, a las decisiones que cambian el rumbo de las cosas, y a no ser consecuentes con ellas. Miedo a no ser sincera conmigo misma. Miedo al fracaso, a no conseguir lo que tanto deseo (y a conseguirlo). Miedo a volver a sufrir, a equivocarme otra vez. Miedo al qué dirán. Miedo a que el pasado se imponga al presente, y no saber imponer el presente a mi futuro....



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