Porque me enseñaste a sonreír, y al mismo tiempo fuiste la persona que mas lágrimas me sacó. Me diste los abrazos más cálidos, pero me dejaste sin abrigo en el más frío invierno. Me valoraste y desvaloraste. Te ame con rabia, con odio, y te odié con todo el amor. Me volviste loca, pero me hiciste feliz. No dejo de pensar en tu mirada en la que alguna vez me vi, tu sonrisa que me hizo, hace, y siempre me hará feliz a pesar de todo. Tenes el corazón que nunca llegué a enamorar, pero que latió por mi en varios momentos, y el mío, al que enamoraste y latía tan solo por vos. Lo fiel que fue mi mano al no querer soltarte. Tus labios que alguna vez pude rozar, y que ahora quiero olvidar. Tu cuello al que alguna vez me agarré y me sentí segura. Tus pies que alguna vez caminaron a la par junto a los míos.
Y aunque haya habido tanto, y tan poco a la vez, no me arrepiento de lo vivido, ni de las decisiones tomadas. Fuiste una mezcla de buenos momentos y malos también. Me hiciste sentir como pocos. Hoy ya no existe nada, ya no queda nada, me derrumbé y volví a resurgir.
Hoy, a pesar del final, puedo quedarme tranquila, yo ya se que la pelié..
Fuiste un amor eterno, en otra vida.
“No es un adiós, sino un hasta luego”