...

Yo tengo temor a perderte, y terror a que vuelvas,
no puedo vivir junto a ti, y sin ti es imposible,
me muero por verte otra vez y me matas si vuelves,
que bueno seria despertar y que tú no existieras.

Si tú no existieras, serian más cortos los días,
no habría que revolcarse en esta historia inconclusa 
que es jugar ruleta rusa con ganas de perder.


Recordás cuando sin querer me tropecé en tu camino? Quería salir pero sin querer terminé en el mismo lugar. En un momento de debilidad cambió algo, se acomodó algo, sentí estar en tierra firme, en un límite marcado. Y fueron días que una palabra me hacía volar como una ilusa, pensando, creando sueños. Era mágico no? Para mi sí. Lo fue. Te encontré sin demasiados giros, con el ángulo exacto para tocar esa sensibilidad en mí, esa confianza que no despierta nadie por temor a errar. Fue dulce. Y después de soñar un rato volví a caer de mi nube, cuando vi que otra vez soñé, creí, y pensé que una vez más podía tener la oportunidad de hacer sin perder en el intento. Errar es tan fácil. Y es que tampoco pretendía promesas en vano, porque ni yo las hago jurar. Pero ese gusto amargo de no saber donde quedo lo peor, si en mi o en vos. Y quiero sacar, pero no olvidar, porque inconscientemente te pido una vuelta de milagro, un desliz más, un error que no va a ser acierto, y aunque sea ilógico, sueño, amo soñar, sabiendo que después la caída será más fuerte una y otra vez.
Andate, perdete. Que yo me voy a encargar de crearte hasta que no sienta ni un suspiro más, hasta que los recuerdos no corten más mis alas.


Licencia de Creative Commons
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 España