Nunca es suficiente, siempre falta una pieza, siempre algo esta mal, algo no funciona.
Das el corazón, sabiendo que te pueden herir como quieren, dando esa debilidad que es única, pero confias, confias en que todo puede salir bien y no repetir historias. Pero no. Nada es suficiente y en el momento que no te diste cuenta, te encontras inundando los ojos de nuevo.
Querer todo cuando no se lo tiene, no sirve. Queré cuando está, no cuando se fue.
Mezcla de angustia y de bronca, no quería tropezarme de nuevo de la misma forma.
Porque nunca me dejo querer, nunca me permito querer, nunca me permito jugármela por alguien, por miedo a llorar.
Y acá estoy, arriesgué más de la cuenta y pago el error otra vez.
Yo dije, me tenía miedo, de fallar. Ahora me tengo miedo, pero de no volver más.