Cuando decidas olvidarme,
recuerda que yo te amé primero.
Cuando sientas que la vida pasa y los momentos se repiten en forma
circular,
recuerda que yo te hice sentir,
un poco más.
Cuando en tus sueños se desangren frustraciones y haga su trono la
nostalgia,
recuerda que mis manos
protegieron tus ilusiones y tus metas.
Cuando tu cuerpo te pida la saciedad de los instintos,
recuerda que yo me derramé en ti, en cuerpo y alma.
Cuando no resistas más el dolor del camino,
recuerda que apoyado en mis hombros caminaste, junto a mí.
Cuando de pronto, en torrentes tus lágrimas broten sin aviso,
recuerda que mi pecho era el cántaro que las contenía y las guardaba
como preciado tesoro.
Cuando en aguerrida lid la cotidianidad te encierre en laberintos y
muros,
recuerda aquellos brazos que te sujetaban con firmeza.
Cuando por las noches no consigas dormir,
recuerda el contacto de nuestros rostros confundiéndose en un mismo
aliento y en el mismo respirar.
Cuando decidas alejarte,
recuerda que la libertad tiene un costo y siempre cobra sus deudas.
Cuando decidas finalmente
olvidarme...
Recuerda
que yo te amé sin reservas.