...


Te pido por favor que no me mires a los ojos, ni prometas lo que no podes cumplir.
Dejame mi libertad, aunque te duela.
Mis manos se cansaron de soltarte y buscarte, mis pies se cansaron de pisar sueños.
No tengo nada más que decir cuando mis palabras, mi mente y mi cuerpo dieron todo lo que alguien puede sentir. Ya no me quedan fichas para apostar, ya tengo el freno de mano y se nos pasó el tiempo.
Perdoname por abandonar esta batalla de tantas que vivimos.
Mi espalda se dobló por tus dudas y mi paciencia se quemó por tu ausencia.

Licencia de Creative Commons
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 España