Detenes mi mundo. Mi tiempo. detenes mis dudas, me borras del momento, me haces sentir como siempre, lo demás no importa.
No somos capaces de querernos sin herirnos, no somos capaces de jugar todas las fichas sin importar perder algunas, no salimos perdiendo, de todas las experiencias amargas que pasaron, creo que pagamos toda la partida. Y aunque nunca hubiera querido pensar en esto, en que nunca fue nada, tuvo sentido, no solo de mi lado del camino, sino del tuyo también. O quizá me equivoque.. pero ya que más da? Con todas las veces que erré pensando diferente, ya también pague por todos los tropiezos.
A veces pienso si hay que esperar, si vamos a dar un salto, si vamos a crecer, si vamos a pensar qué va a ser lo mejor, y también buscar una razón por la cual cada uno por su camino tampoco sigue, siempre se vuelve al comienzo de esa infinita historia, al cielo de grises. Pero, por favor encontremos respuesta al por qué algunos momentos, pocos, nos hacen tan felices. Ya contra tu inseguridad, no lucho más. Ahora que el tiempo y tu voluntad, tus decisiones lleven el camino hacia algún lugar, hacia el abismo, o hacia un nuevo tramo, que quizá no sea infinito pero ayude.
Te ves tan fuerte, te ves de hierro. Nada quema, nada hiela, nada duele. Y sos tan vulnerable como yo. Te duele, te quema, sabes extrañar. Todavía siento que me hablas como antes, te miro y miro igual, no te puedo mirar diferente, todavía no se borro ni una huella tuya en mí.
Te quiero como antes, como siempre, como nunca.