Para extrañar no es necesario que haya sido perfecto. Hace falta que hayas sido feliz, como nunca. Querer que esos recuerdos que se fueron vuelvan al presente, que no se pierdan, que sobrevivan a los golpes del tiempo. Para extrañar hace falta más de uno, y con un solo corazón alcanza. Si tiene suficiente amor, alcanza. Es querer abrazar lo que en un momento parecía casi eterno, sentir una caricia que duro un minuto, escuchar palabras que duran un segundo, y se sienten por mucho más tiempo. Es también no querer admitir que el tiempo se encarga de dejar aparte los recuerdos. Es querer recurrir a esos momentos que te hunden y al mismo te salvan de caerte. No querer decir que no, no querer cerrar algo que no se cerro, o que mejor dicho, no queres cerrar.
Es haber amado, como nadie, como nunca, como siempre, y no querer borrar nunca una sensación que es inigualable. Y a veces atacan momentos, nuestros momentos, me tiran de una soga y me llevan a seguir queriéndote como nadie, como nunca.
Extrañar es sonreír y llorar al mismo tiempo, un juego convexo de mis miedos y mi valentía de buscarte otra vez.
Te extraño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
suspiros