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Recordá lo eternos que eran, lo momentáneamente feliz que la hacías.
Tu ignorancia hacia ella lo único que demostraba era que te importaba más y más. Querías que figure en tu segundo plano, o mejor dicho, querías demostrarle eso cuando sabias con perfección que era alguien especial, alguien en quien descargaste iras, tristezas y risas en su espalda.
Que te tendió siempre una mano, una voz para bancar infinitamente tus problemas, tus dolencias. Lo único que buscaba era tu felicidad, sin importar la importancia que tenia en tu vida, quería verte feliz.
Pero a veces ese orgullo, esa manía de ocultar los sentimientos para seguir como si nada, para seguir como siempre, para creer que eras el rey de los extremos, hace que pierdas todo, que no haya paciencia suficiente, o que haya heridas por montones, que ya no tienen sentido, ya se hacen por hacer.
Un día no dio para más, y sola se fue, sola te siguió recordando, sola te siguió inventando mil veces para sentir que ya no tenía necesidad de tenerte, ni tampoco hacerte feliz.
Pero también busco que alguien creara una sonrisa sincera. Y sin querer todo se encuentra dicen.. ella tuvo suerte. Quizá encontró el premio de todo su esfuerzo, de sus malas, de sus caídas. Alguien que la abrace sin necesidad de soltarla y que no le recordara que no era ella, que no era el momento. No pide nada, y a la vez pide mucho. Ese mucho quiere decir sencillez. Simplicidad. No tener que llorar, ni sufrir, ni rogar que se queden, no sentirse más sola.
No se sabe, pero encontró algo que esta cumpliendo sus metas, sus pocas metas. Alguien que ama no se queda solo, no lo rechazan, simplemente piden que se quede porque genera lo mismo, amor.


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